Las necesidades de los pobres siempre fueron un llamado para el Padre Carollo.
Cuando era párroco de El Girón (norte de Quito), creó el Banco La Providencia para empezar a gestionar donaciones y atenciones de salud para personas de escasos recursos.
Pronto sintió que no era suficiente y vino a vivir a la Quito Sur. Ahí pudo sentir de cerca las necesidades de sus habitantes y lo primero que pensó es en devolverles la dignidad.
Construyó la parroquia Cristo Resucitado (en toda la extensión de la palabra). Cuando la iglesia estuvo edificada, inició su labor para curar el alma y el cuerpo.
Convocó a sus amigos médicos y no escatimó esfuerzos hasta estructurar un elemental centro de salud, anexo a su iglesia.
Visitaba de enfermo en enfermo y gracias a su inagotable dinamismo, los servicios fueron aumentando poco a poco y también su prestigio.
Para 1998, el pequeño dispensario médico se convirtió en el Centro Médico Tierra Nueva, con servicios quirúrgicos y una maternidad.
Para él todo lo que se podía realizar en salud era nada frente a la inmensa necesidad
Los proyectos se escribían de un momento a otro, de acuerdo a las necesidades que siempre eran apremiantes.
En dos o tres páginas se anotaba todo lo necesario para la atención, con precios de referencia, y el Padre hacía la gestión.
Después de unos días o semanas los equipos llegaban. Él siempre tuvo mucha fe en la solidaridad de las personas.
Padre Carollo era un visionario, su sueño siempre fue crear un hospital para las necesidades de los pobres, porque sabía que eran más grandes de lo que, en ese momento, podía atender.
La construcción del Hospital duró alrededor de 10 años
Lo que más priorizó en su última etapa de vida fue la salud de los enfermos, por ello, impulsó con mucha fuerza su sueño de construir un hospital.
El terreno para el hospital fue cedido en comodato por el municipio.
En 1998, como siempre casi sin recursos, el Padre José Carollo comenzó la construcción, con su arquitecto de confianza y la cuadrilla de obreros pusieron cimientos.
Con donaciones de amigos e instituciones del Ecuador, Estados Unidos, Italia y Alemania, en el 2000, oficialmente se colocó la primera piedra en la visita de los representantes de Timmy Global Health.
En el mismo año iniciaron las brigadas médicas en el quirófano del Centro Médico. Él era incansable si de atender necesidades se trataba.
Así, durante 10 años se construyó el hospital, tiempo en el que su nombre pasó por algunas transiciones.
En inicio se llamaría Margie Luna, en honor la hija de un padre ecuatoriano y madre americana, fallecida de leucemia en Estados Unidos.
Luego, se consideró nombrarlo Emmanuel, Tierra Nueva y, finalmente, el Padre Carollo se decidió por Un Canto a la Vida.
Salud, un sueño que se construye día a día
Al amanecer del día viernes 13 de mayo del 2005, a la misma hora que acostumbraba levantarse para su oración (4:45), entregó su alma y su corazón al papito Dios, como amorosamente él lo llamaba.
Hasta el final de su vida se dedicó a terminar la construcción del hospital, pero fue una obra no pudo ver terminada.
El 2 de enero del 2007, se abrió la atención de consulta externa al público.
“No teníamos ventanas, se nos entraba la lluvia y teníamos que secar todo”.
Dra. Patricia Jarrín, primera gerente del hospital
El 13 de agosto del año 2010, se trasladaron los equipos y el personal de Centro Médico Tierra Nueva a las instalaciones del hospital y, en ese mismo año, se realizó la primera cirugía.
Por eso, se ha tomado esa fecha como referente para celebrar el aniversario del Hospital Padre Carollo, Un Canto a la Vida.
En el 2023, cumplió 13 años de servicio. Incrementó sus atenciones, acorde a su categoría de segundo nivel y se ha convertido en un referente de acceso a los servicios de salud en la región.