Este miércoles 6 de diciembre, en la Sesión Solemne de conmemoración de la Fundación de Quito, el Municipio del Distrito Metropolitano entregará la más alta condecoración de la ciudad al Padre José Carollo y a la Hna. Sigmunda Schnetzer, en reconocimiento y homenaje de la ciudad de Quito a los precursores de Fundación Tierra Nueva, por su enorme legado social y espiritual, realizado durante más de 40 años de servicio y ayuda a las familias más necesitadas del sur de Quito y del Ecuador.
Familiares del Padre Carollo vendrán de Italia para estar presentes en este evento, que significa un nuevo galardón y reconocimiento para la obra del Padre Carollo y la Hna. Sigmunda.
La vida del Padre Carollo fue modesta, coherente con su palabra y su pensamiento, esto era la base de su autoridad moral que le permitió erigir su obra con fuerza y contagiar sus sueños y esperanzas a miles de personas que estuvieron con él, que apoyaron su trabajo, que le ayudaron hasta final de sus días, con amor y solidaridad, como él siempre enseñó. Soñador del infinito para él no hubo metas, la meta era el infinito.
El Padre José Carollo falleció en Quito, el 13 de mayo de 2005. En su testamento consignó: “Dejo como deseo profundo de todo mi ser, que la Fundación Tierra Nueva mantenga siempre los principios de servicio a los más pobres y se vaya creando cada día, más camino de solidaridad…”. Estos principios son la memoria espiritual de Tierra Nueva heredada por sus precursores, dos santos de nuestro tiempo: el Padre Carollo y Hna. Sigmunda.
La Hermana Sigmunda fue la ayudante fiel del Padre, su mecenas, no porque tuviera dinero sino porque se las ingeniaba para conseguirlo. Cada viernes los trabajadores tenían su paga, y así como la obra física del Padre Carollo es inmensa, la inversión también lo era, pero la Hermana Sigmunda se daba modos para cubrir todos los gastos. Con sus dedos hinchados de tanto escribir cartas a mano a sus donantes, conseguía lo imposible.
Juntos consiguieron uno de sus mayores logros, garantizar el cuidado y la atención especializada para niños con discapacidad grave, en un tiempo en que nadie se atrevía a mirarlos, peor a hablar de sus necesidades. Construyeron un espacio mágico, el Centro de Desarrollo Integral “El Niño”, donde niños y niñas con las más diversas discapacidades conviven, aprenden, juegan y son felices.
Desde Alemania, la Hna. Sigmunda continúo protegiendo a sus niños y ayudando a la obra del Padre Carollo, hasta que falleció el 19 de septiembre del 2016. Actualmente, Fundación Tierra Nueva continúa con el legado dejado por sus precursores, atendiendo a más de medio millón de personas al año, en sus diferentes centros y programas.
El campo de acción de Fundación Tierra Nueva es amplio, por eso busca constantemente despertar la responsabilidad social de personas y empresas, que contribuyan a mejorar la calidad de vida de sus beneficiarios.